Bajo la presidencia del Reino Unido y con el apoyo de la Secretaría de la CMNUCC, los delegados forjaron
acuerdos que refuerzan la ambición en los tres pilares de la acción climática colectiva.
La adaptación fue objeto de especial atención durante las deliberaciones. Las Partes establecieron un
programa de trabajo para definir el objetivo global de adaptación, que identificará las necesidades colectivas
y las soluciones a la crisis climática que ya afecta a muchos países. La Red de Santiago se reforzó aún más al
elaborar sus funciones de apoyo a los países para abordar y gestionar las pérdidas y los daños. Y la CP / RA
aprobó los dos registros para las contribuciones determinadas a nivel nacional (conocidas como NDC por sus
siglas en inglés) y las Comunicaciones sobre la adaptación, que sirven como canales para la información que
fluye hacia el balance mundial que debe tener lugar cada cinco años a partir de 2023.
La financiación se debatió ampliamente a lo largo de la sesión y hubo consenso en la necesidad de seguir
aumentando el apoyo a los países en desarrollo. Las Partes acogieron con satisfacción el llamamiento a
duplicar al menos la financiación para la adaptación. También se reafirmó el deber de cumplir la promesa de
aportar 100 000 millones de dólares anuales de los países desarrollados a los países en desarrollo. Y se puso
en marcha un proceso para definir el nuevo objetivo global de financiación.
En cuanto a la mitigación, se ha identificado claramente la brecha persistente en las emisiones y las Partes
acordaron colectivamente trabajar para reducir esa brecha y garantizar que el mundo siga avanzando
durante la presente década, de modo que el aumento de la temperatura media se limite a 1,5 grados. Se
anima a las Partes a reforzar sus reducciones de emisiones y a alinear sus compromisos nacionales de acción
climática con el Acuerdo de París.