El aumento de las temperaturas en Portugal obligó a las autoridades a poner el martes a más de la mitad del país en “alerta roja” y a desplegar cientos de bomberos para combatir los incendios que se están produciendo en la región central, en medio de una ola de calor que también se extiende por España.
Con temperaturas superiores a los 40 grados centígrados en muchas partes, un importante incendio forestal que comenzó la semana pasada en la zona de Santarém, al norte de Lisboa, se reavivó el martes debido a los fuertes vientos. Otro incendio cercano provocó el cierre de las dos principales rutas que conectan Lisboa con la ciudad norteña de Porto.
Alrededor de 1.600 bomberos, apoyados por 430 vehículos y 25 aviones, enfrentaron 19 incendios activos, según el sitio web de la Protección Civil, mientras la alerta roja, el nivel más alto, señalaba una situación meteorológica extremadamente peligrosa.