Jose Juan Gonzalez Salmah es Consejero Delegado y Director Ejcutivo de Canaragua y su perímetro societario (Canaragua Concesiones SA, Aguas de Telde S.A., Teidagua S.A. , Pozos y Recursos del Teide S.A. Aguas de Arona, S,A.).Tambien fue Director Gerente, bajo dependencia del Área Manager, de las empresas tecnológicas del grupo Agbar en Canarias con responsabilidad sobre el desarrollo de mercados, productos y servicios de Ingeniería, Calidad del Agua y Control Medioambiental, Soluciones de Gestión y Conocimiento, servicios de Saneamiento, Redes de Agua Potable e Infraestructuras.
¿Cuáles señalaría que son los principales impactos futuros del cambio climático vistos desde el sector o ámbito en que desarrolla su actividad profesional y/o investigadora?
Sin ninguna duda todos aquellos que afectan a la disponibilidad de caudales para el suministro a la población.
Uno de los aceleradores del cambio climático es el calentamiento global. La elevación de las temperaturas supondrá, entre otros efectos, una menor pluviometría general, con la consiguiente menor disponibilidad de recursos hídricos superficiales y subterráneos. Esto nos hará depender en mayor medida de procesos industriales de tratamiento de aguas para obtener caudales suficientes para atender el consumo humano y el resto de las necesidades de los distintos sectores económicos. Existe la tecnología para generar esos recursos. Canarias ha sido pionera en la desalación de agua de mar para obtener caudales con los que satisfacer la demanda de nuestra población y permitir el desarrollo de una variada actividad económica en el Archipiélago, con especial significación del sector turístico. Pero el cambio climático también amenaza a esas infraestructuras, ubicadas en su inmensa mayoría en la costa y, por tanto, con riesgo de quedar inutilizadas por la elevación del nivel del mar, que alcanzaría a esos emplazamientos, inundándolos.
Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos es el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 de la Agenda 2030 de la ONU. Sin caudales suficientes y de calidad, la vida humana entre en grave riesgo, no sólo por el uso del agua como alimento necesario, sino también como elemento que permite pautas de higiene y disminuye la afección de múltiples enfermedades.
Desde los conocimientos en su campo de trabajo ¿Cuáles señalaría que son los principales desafíos y problemas de adaptación que plantea el cambio climático en la región?
Somos Islas. Nuestro territorio es escaso y limitado, lo que nos exige una mayor capacidad de inventiva y adaptabilidad respecto de las soluciones a aplicar. La amenaza del cambio climático exige una transformación, un cambio en la manera en que afrontamos nuestra relación con el entorno y el compromiso de preservar y garantizar los recursos naturales para todos en el futuro. El reto es que las soluciones a aplicar formen parte sustancial de un modelo de economía circular, donde se utilicen los recursos de un modo más sostenible, teniendo en cuenta que no son infinitos.
El cambio de paradigma hacia una economía circular ha de ser una cuestión prioritaria. Todos los agentes sociales, públicos y privados, tenemos que ser conscientes de nuestra responsabilidad y ser impulsores del cambio. En el sector del agua debemos promover ese cambio de modelo lineal a circular para reducir el consumo energético y de materias primas y alcanzar, así, la autosuficiencia energética en el tratamiento del agua. Canaragua ya tiene experiencia en ello tanto mediante acciones concretas, como el compromiso que nos ha convertido en la primera empresa canaria en usar únicamente energía eléctrica procedente de fuentes renovables para nuestra actividad, como en el desarrollo, a través de su grupo empresarial, de nuevas tecnologías y procesos que han permitido la transformación de plantas tradicionales de tratamiento de aguas en biofactorías, donde recuperamos agua, recursos y energía.
Este desafío debe situarse en el centro de la estrategia a seguir, y ponerlo en práctica en nuestro día a día, cada uno en su sector, con objetivos concretos y cuantificables y con un compromiso inamovible con el desarrollo sostenible.
¿Cuáles serían las estrategias y líneas acción prioritarias que señalaría usted como punto de partida para caminar hacia un mayor conocimiento y una mejor adaptación a los nuevos escenarios climáticos en la región?
En Canaragua estamos convencidos, siguiendo el objetivo 17 de los ODS, de la eficacia de las alianzas como motor del cambio. Es imprescindible la colaboración con otros actores -administraciones públicas, universidades, sector privado, ciudadanos y sociedad civil en general- para multiplicar el impacto de nuestras acciones, dar mejor respuesta a los retos que el cambio climático nos plantea y, en definitiva, facilitar la aplicación de soluciones a los mismos. Es deber de todos el establecer nuevas formas de relación con nuestro entorno, generar confianza y colaborar en el desarrollo sin hipotecar el futuro. Todos tenemos una responsabilidad, cada uno desde su ámbito. Juntos debemos dar respuesta a una cuestión esencial para la sostenibilidad del planeta, como es el cambio climático.
Las líneas de acción más inmediatas deben ir dirigidas al refuerzo de las alianzas y la innovación como piezas transversales. Solo a través de alianzas seremos capaces de lograr las metas y multiplicar el impacto de nuestras acciones.